En este otoño que comienza como otras veces,
a ser adiós
a ser la pálida pregunta de los hombres que habitamos,
a ser,
lo que quisimos ser, pero que nunca somos,
necesito,
la posibilidad del asombro ante lo simple y lo complejo
Necesito por ejemplo,
de la imagen de un clavo en la pared,
o del rostro alcohólico del que a solas se bebe la noche
porque algo, quizá la luz,
le lastime la herida de ser hombre.
Necesito hermano mio,
la oportunidad de volver a creer. Creer en alguien
o en algo.
yo que asumi desde el húmedo tunel del principio
el ladrido del perro,
porque al nacer ya todo estaba alquilado.
Y necesito matar. Yo, que he muerto hace siglos
junto a un río total de aguas azules,
necesito
dar muerte. Y de un solo golpe. Y a cercén.
Y para siempre
a esta deuda, a esta admistía con la traición,
a este desamparo, que son las cosas que nos nombran diariamente
sin llamarnos.
Necesito ganarle, hermano mio a la soledad. Ganarle
de una vez por todas
a este desamparo, a esta isla tres veces impotente
que es el hombre
cuándo quiere incendiar las sombras con un clavel.
Es cierto, Pirámides de olvido
con perfume de sándalo en el silencio del remo
nos sepultan la voz, porque, oh,
dentro de nosotros, en el ángulo mas nuestro
estamos
inenarrablemente solos.
Toda hoja cae. Y digo. Liturgicamente. Plenamente.
Ella es parte como nosotros
del mismo y tierno viento circundándonos juntos.
Como ella
yo tambien necesito
arrancarle mas vida a este contrato con la muerte.
Vivir
es tan impostergable como soñar. Y a destajo
soñamos que vivimos. Y a destajo
jugamos a creer. Y creemos que amamos
o que alguien
nos ama en la renuncia del adverbio.
Hermano mio en la L y en la m
y en toda palabra,
necesito como tú, leer en el texto de un cielo
más claro,
necesito
de un día que abarque sin resquicios ni demoras
todo día.
Es otoño. Los árboles tiritan. Soy tu piel,
tú,
la mia. Y necesito
que me devuelvas -para seguir viviendo-
lo que hemos perdido
camino de las manos hacia los nombres azules.
por Guillermo Kaul Grünwald
El Diario de Mendoza 21 de agosto de 1969.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.